1 Marzo, 2022 Cristo News / Recursos Bíblicos – Provisión Diaria – Vida Cristiana – Buenas Nuevas

16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17 RVR1960 / Cristo News

Cristo News – By Juvenal Cubillán

La Palabra de Dios

2 Corintios 12:10 NVI

Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Comentario sobre esta provisión

Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo: Por medio de sus debilidades, Dios hizo que Pablo fuera completamente dependiente de su gracia y de su poder; pero todo fue para bien. La continua dependencia de Pablo de Dios lo hizo más fuerte de lo que lo pudieron haber hecho la gloria y la confianza propia que le pudieron traer sus revelaciones.

Muchos de nosotros pensamos que la verdadera madurez cristiana se logra cuando llegamos a un lugar en donde de alguna manera somos «independientes» de Dios. La idea es que tenemos todo nuestros planes bien trazados y no necesitamos confiar tanto en Dios al transcurrir el tiempo. Esto no es para nada madurez espiritual. Dios deliberadamente trazó las circunstancias en la vida de Pablo para que él pudiera depender constante y totalmente de la gracia y el poder de Dios.

Muchas personas ven a Dios como a un padre del cual nos vamos distanciando con la madurez; y una vez que somos adultos, y hemos sobrepasado ciertos obstáculos en la vida, podemos sacarnos de encima a Dios de la misma manera que nos desprendemos de la autoridad de nuestros padres. En este patrón, algunos de nosotros nos deslindamos de Dios de la misma manera en la que nos deslindamos de la autoridad de nuestros padres. Le damos una medida de respeto, le damos lo que se le debe; pero ya no sentimos que debemos de «obedecerle» más. En nuestros corazones, nos hemos mudado fuera de la casa. Pensamos que podemos armar nuestras propias reglas en la vida, mientras cenemos en la casa de Dios una vez a la semana, y mientras le demos algún reconocimiento.

Muchos albergan un deseo para el día en que la vida cristiana se haga «sencilla». Esperamos un tiempo en el que las mayores luchas con el pecado queden detrás de nosotros, y deseamos marchar hacia cosas más grandes y mejores sin batallar mucho. Ese día es una ilusión. Si el mismo apóstol Pablo constantemente experimentaba debilidad, ¿quiénes somos nosotros para pensar que podremos sobrepasarlo?

De hecho, la ilusión de fuerza e independencia en realidad dejan a cualquiera en un lugar de debilidad. «No hay nada más dañino para la obra de Dios que un cristiano altivo y orgulloso». (Morgan)

«En especial, los ministros del evangelio deberían de desterrar todos los pensamientos de astucia, la habilidad intelectual, la cultura y la suficiencia en su obra; y aprender que es únicamente cuando están vacíos que pueden ser llenos, y que solamente cuando saben que no son nada es cuando están listos para la obra de Dios por medio de ellos». (Maclaren)

«Dios obra por medio del hombre que ha sido limpiado y su vida ha sido vaciada delante del Señor hasta convertirse en un débil sin esperanza, para que ninguna carne se pueda gloriar en su presencia». (Redpath)

Por lo cual […] me gozo en las debilidades: Al final, Pablo no se resigna a su destino; él le da la bienvenida. Él se gozaba en que Dios lo hubiera forzado a confiar en su gracia y su poder mucho más, para que pudiera decir: «porque cuando soy débil, entonces soy fuerte».

Pablo estaba en un nivel tan alto de poder espiritual y madurez que Dios debía de introducir deliberadamente el «aguijón en la carne». La mayoría de nosotros provee su propio aguijón, y una mirada honesta nos muestra lo débiles que somos y la necesidad que tenemos de confiar constante y totalmente en la gracia y el poder de Jesús. Y aun si creciéramos hacia el poder y la madurez espiritual de Pablo, Dios también nos diría: «Necesito que sigas dependiendo de mí en todo. Aquí está algo para que dependas de mí». Este es un lugar de «victoria», no de «desánimo».

«En la perspectiva cristiana no hay lugar para la no resistencia, sin sentido, de una resignación abatida». (Hughes)

El gozo en las debilidades de Pablo no es la meditación enfermiza de un ascético que piensa que somos justificados delante de Dios por medio de nuestros padecimientos. Pablo no buscó su aguijón en la carne, este vino a él.

«El concepto funesto en la iglesia, un poco de tiempo después, de cortejar el martirio, de practicar el ascetismo, y de abrazar, aun la suciedad, la enfermedad, y la destitución como medios para adquirir el favor delante de Dios, es diametralmente opuesto a lo que el apóstol tenía en mente, y a todo rumbo del evangelio del Nuevo Testamento; pues es un concepto de regir la forma de vida de uno para el beneficio de uno mismo, con el objetivo de hacerse uno mismo justo y aceptable delante de Dios. Es un concepto basado en las obras, no en la fe». (Hughes)

Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte: ¡Qué triunfo! ¿Qué puede hacerle el mundo a un hombre que está firmemente asido de Jesús? Dios no permitió este aguijón en la carne para castigar a Pablo, o para mantenerlo débil por el bien de la debilidad. Dios lo permitió para mostrar el poder divino en Pablo.

Piensa en este hombre, en Pablo. ¿Era él un hombre débil o fuerte? El hombre que viajaba por el mundo antiguo llevando el evangelio de Jesús a pesar de la ardiente persecución, quien soportó naufragios y cárceles, quien predicó a reyes y esclavos, quien estableció iglesias fuertes y entrenó a sus líderes, no era un hombre débil. A la luz de su vida y logros, podríamos decir que Pablo era un hombre muy fuerte. Pero él únicamente era fuerte porque sabía sus debilidades y buscaba fuera de sí mismo el poder de la gracia de Dios. Si queremos vidas que tengan tal fuerza, también debemos de entender y admitir nuestra debilidad y buscar solamente a Dios para recibir la gracia que nos fortalecerá para cualquier tarea. Era el Pablo lleno de gracia quien pudo decir: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13).

«Los valles son rociados con la lluvia para hacerlos fructíferos, mientras que las cimas de las altas montañas permanecen secas. Un hombre se debe de convertir en un valle si quiere recibir la lluvia celestial de la gracia espiritual de Dios». (Calvino)

«De todo esto puedo deducir, que la peor prueba que un hombre pueda tener quizás sea la mejor posesión que él tenga en este mundo; que el mensajero de Satanás puede ser tan bueno para él como su ángel guardián; que incluso podría ser mejor para él ser abofeteado por Satanás que el haber sido acariciado por el mismo Señor; que puede ser esencial para la salvación de nuestra alma, que no solamente hagamos negocio en aguas profundas, sino en aguas que echan lodo e inmundicia. La peor forma de una prueba puede ser nuestra mejor porción en el presente». (Spurgeon)

Resumiendo, en lugar de utilizar su experiencia para glorificarse a sí mismo (como lo hacían los «superapóstoles» entre los corintios cristianos), Pablo relata el cómo toda su gloriosa experiencia lo hizo más humilde que nunca.

Todos los enemigos de Pablo podían ver el aguijón; no podían ver el cómo o porqué estaba allí. Pero Pablo sabía, así que se regocijaba aún en el aguijón en la carne.

Por supuesto, el ejemplo más grande del principio de Pablo que es comunicado aquí fue vivido por Jesús mismo. «¿Podía alguien en la tierra ser más manso que el Hijo de Dios, que fue capaz de morir en una cruz, morir en nuestro lugar, para redimir nuestros pecados? Como ese punto de debilidad absoluta se encontró con el gran poder de Dios, mientras lo levantó de entre los muertos, me pregunto si la presión del aguijón en la vida de Pablo era un recordatorio del poder de la cruz». (Redpath)

Aun así, nunca debemos de pensar que en nuestras vidas, la mera presencia de un aguijón, significa que la gloria y el poder de Jesús brillará en nosotros y a través de nosotros. Tú te puedes resistir a la gracia de Dios y te puedes rehusar a poner tu mente en Jesús, y luego darte cuenta de que tu aguijón te está maldiciendo en lugar de bendecirte. «Sin el poder santificador del Espíritu Santo, los aguijones producen maldad en lugar de bondad. En muchas personas, sus aguijones en la carne no parecen cumplir para nada un buen propósito; al contrario, crean otro vicio, en lugar de quitar una tentación». (Spurgeon)

Fuente: Biblia Nueva Versión Internacional/ Biblia Versión Reina Valera 1960

Con información de:

https://es.enduringword.com/comentario-biblico/2-corintios-12/

https://www.biblegateway.com/passage/?search=2+corintios+12&version=NVI

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